
El gobierno PNP (Partido Nuevo Progresista) lleva un año elaborando proyectos que discursivamente prometen una meta y que en práctica persiguen otra finalidad. A esta estrategia retórica le llamo el juego de los eufemismos o el juego de ‘doublespeak’. Este concepto surge como una elaboración a la propuesta del autor inglés George Orwell y su obra 1984. ‘Doublespeak’ es cuando se utiliza un vocabulario intencionalmente ambiguo para disfrazar o distorsionar su significado real. Las metas del juego son variadas, pero una de las principales es aturdir a los receptores con falsedades y ambigüedades, generando así inacción ante la imposibilidad de descifrar el mensaje.
Cuando el gobernador Luis Fortuño habla de reducir el gobierno realmente significa que impulsará un proceso de federalización gubernamental. Aquellas labores que hacían algunos civiles (por ejemplo, investigadores) en la Policía de Puerto Rico ahora la realizan agentes federales (del FBI). La entrega de espacios de poder local al control directo del gobierno federal, como cuando se crean 'strike forces' en los que patrullan policías estatales con agentes federales, son una manifestación híbrida de dependencia económica, fiscal y laboral. De esta manera, el gobierno federal se convierte en un ente administrativo, fiscal y disciplinario indispensable; el gobierno estatal es el dependiente del gobierno (benefactor) federal. Aquel estado de beneficiencia social que Luis Muñoz Marín ayudó a crear, el cual implicó un aumento vertiginoso de la dependencia económica en Estados Unidos, hoy está siendo transformado por el gobierno de Fortuño. El estado benefactor ahora es el estado dependiente – un estado que continuamente entrega sus poderes al gobierno federal y que depende brutalmente de los fondos federales para poder subsistir/sobrevivir.
En la novela de Orwell el personaje principal, Winston Smith, como muchos otros que intentaron resistir al régimen totalitario, terminó amando al sistema que le reprimió y explotó. Lo que se propone en 1984 es que ante un estado totalitario la resistencia es imposible, pero yo difiero de esta premisa. Por más que lo intente, no existe gobierno capaz de controlar todo espacio de vida: la mente, el cuerpo, el hogar, el barrio, la escuela, el taller de trabajo y la sociedad en toda su complejidad.
A pesar de que el gobierno actual no es uno totalitario – creo que es problemática y peligrosa la banalización de este concepto –, se comporta como un gobierno autoritario con pretensiones totalitarias. Así continúan asomando sus cabezas las variadas manifestaciones del juego de ‘doublespeak’ del PNP. La municipalización de la policía es la centralización del poder policial en la figura del alcalde. Ya sabemos lo que ocurrió con Jorge Santini y Nina. La ‘protección’ de los hijos e hijas de las garras del alcoholismo es la privación del libre movimiento y la criminalización de los jóvenes. ¿Alguien recuerda lo que ocurrió el 21 de agosto de 2009 en la Avenida Universidad o el debate sobre las Fiestas de la Calle San Sebastián? Como hay un aumento en la actividad criminal el gobierno activó a la Guardia Nacional. La seguridad de la sociedad es para este gobierno la militarización de la sociedad: la activación del ejército, el reclutamiento de estudiantes por medio del Jr. ROTC, el reclutamiento forzoso para jóvenes convictos y la utilización de vocabulario militar para atender a los ciudadanos (ej. guerra contra las drogas). Pero ante todo esto, ¿dónde está la multitud disidente?
La intensidad de la protesta popular ha disminuido, el coraje en la calle ya no es tan palpable como el 15 de octubre. Ahora predomina una tensa calma, como la del ojo del huracán. ¿La cola del huracán estará de camino o terminaremos 'amando' a Fortuño, al gobierno PNP o a futuros gobiernos por su ‘doublespeak’? Espero que podamos hacer lo que Winston Smith no logró: resistir y deshacernos del gobierno y su engaño.
Cuando el gobernador Luis Fortuño habla de reducir el gobierno realmente significa que impulsará un proceso de federalización gubernamental. Aquellas labores que hacían algunos civiles (por ejemplo, investigadores) en la Policía de Puerto Rico ahora la realizan agentes federales (del FBI). La entrega de espacios de poder local al control directo del gobierno federal, como cuando se crean 'strike forces' en los que patrullan policías estatales con agentes federales, son una manifestación híbrida de dependencia económica, fiscal y laboral. De esta manera, el gobierno federal se convierte en un ente administrativo, fiscal y disciplinario indispensable; el gobierno estatal es el dependiente del gobierno (benefactor) federal. Aquel estado de beneficiencia social que Luis Muñoz Marín ayudó a crear, el cual implicó un aumento vertiginoso de la dependencia económica en Estados Unidos, hoy está siendo transformado por el gobierno de Fortuño. El estado benefactor ahora es el estado dependiente – un estado que continuamente entrega sus poderes al gobierno federal y que depende brutalmente de los fondos federales para poder subsistir/sobrevivir.
En la novela de Orwell el personaje principal, Winston Smith, como muchos otros que intentaron resistir al régimen totalitario, terminó amando al sistema que le reprimió y explotó. Lo que se propone en 1984 es que ante un estado totalitario la resistencia es imposible, pero yo difiero de esta premisa. Por más que lo intente, no existe gobierno capaz de controlar todo espacio de vida: la mente, el cuerpo, el hogar, el barrio, la escuela, el taller de trabajo y la sociedad en toda su complejidad.
A pesar de que el gobierno actual no es uno totalitario – creo que es problemática y peligrosa la banalización de este concepto –, se comporta como un gobierno autoritario con pretensiones totalitarias. Así continúan asomando sus cabezas las variadas manifestaciones del juego de ‘doublespeak’ del PNP. La municipalización de la policía es la centralización del poder policial en la figura del alcalde. Ya sabemos lo que ocurrió con Jorge Santini y Nina. La ‘protección’ de los hijos e hijas de las garras del alcoholismo es la privación del libre movimiento y la criminalización de los jóvenes. ¿Alguien recuerda lo que ocurrió el 21 de agosto de 2009 en la Avenida Universidad o el debate sobre las Fiestas de la Calle San Sebastián? Como hay un aumento en la actividad criminal el gobierno activó a la Guardia Nacional. La seguridad de la sociedad es para este gobierno la militarización de la sociedad: la activación del ejército, el reclutamiento de estudiantes por medio del Jr. ROTC, el reclutamiento forzoso para jóvenes convictos y la utilización de vocabulario militar para atender a los ciudadanos (ej. guerra contra las drogas). Pero ante todo esto, ¿dónde está la multitud disidente?
La intensidad de la protesta popular ha disminuido, el coraje en la calle ya no es tan palpable como el 15 de octubre. Ahora predomina una tensa calma, como la del ojo del huracán. ¿La cola del huracán estará de camino o terminaremos 'amando' a Fortuño, al gobierno PNP o a futuros gobiernos por su ‘doublespeak’? Espero que podamos hacer lo que Winston Smith no logró: resistir y deshacernos del gobierno y su engaño.
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