Monday, March 15, 2010

Burma VJ: evitando el olvido público

Los premios Oscars pasaron, pero en la prensa comercial local nadie discutió la excelente competencia en la categoría de documentales-largometraje. El enfoque siempre estuvo sobre las categorías más "populares" de mejor actor/actriz, mejor película, mejor director (este año directora) y otras por el estilo. Llevo dos semanas "dándole casco" a qué y cómo discutir el filme documental que más me impresionó: Burma VJ: Reporting from a Closed Country. Creo haber encontrado qué quiero decir y aquí va mi Crítica enred(ada).

El lente se abre, un hombre solitario sostiene un letrero en protesta frente a los portones de un edificio: el evento comienza. Tiembla la imagen y la tensión crece. Un auto se detiene detrás del manifestante y unos hombres se bajan para aprehender al disidente. Así inicia el documental Burma VJ: Reporting from a Closed Country y en momentos en los que se discute cómo variados estados/gobiernos manejan la disidencia (Irán, Cuba, Venezuela, México, Palestina, Grecia) este documental nos muestra la otra cara de la moneda: cómo la disidencia lidia con un Estado totalitario, coercitivo y criminal. El documental, armado con el pietaje filmado por videoreporteros (video journalists, VJ), nos permite "participar" de las manifestaciones democráticas en Burma durante los meses de agosto y septiembre de 2007.

No se trata de una superproducción corporativa como la de Al Gore, sino de una producción transnacional y colaborativa realizada por gente que vive en Rangún, Mandalay y otros poblados de Birmania, así como por un equipo de post-producción de Dinamarca y Noruega, entre otros países. Combinando videocámaras de alta y baja calidad con sonidos grabados con celulares, Burma VJ es una exploración estética y política de lo que la media móvil (videocámaras, celulares con fotocámaras o grabadoras) puede "capturar". Utilizando una estructura horizontal de red, los videoreporteros filman en Birmania, editan su material y luego lo contrabandean al grupo Democratic Voice of Burma (DVB) en Noruega para que lo transmitan hacia Burma por satélite. De esta manera, la población recibe una mirada divergente a la que el gobierno de la Junta Militar les ofrece sobre lo que ocurre en el país.

Burma VJ es narrada por "Joshua", uno de los jóvenes videoreporteros quien trabaja para DVB. Durante todo el documental él nos explica lo que sucede en Birmania y, además, nos decodifica algunas prácticas culturales para que podamos entender el contexto que nos arma sobre las protestas antigubernamentales del 2007. Para evitar ser delatados por algún agente secreto del estado, "nuestras historias son silentes [...] el miedo es profundo en todo el mundo". Pero, a pesar del silencio, hay diálogo corporal que permite que se sienta lo que la gente piensa. Así comienza la lectura de "Joshua" de la agitación social que surge luego de que el gobierno aumentara los precios para la transportación colectiva y varios productos como forma de manejar el alza en el precio del petróleo.

Aquel silencio que inundaba las historias de los birmanos fue sustituido por la estruendosa participación directa de civiles, monjes budistas y videoreporteros. La preocupación de que lo que ocurría fuera olvidado llevó a que se grabara todo lo posible. Aunque la existencia física no era un asunto seguro, por medio de los vídeos era y es posible seguir "existiendo". Este documental es un testamento a la persistencia democrática, al compromiso por una prensa libre y crítica y a las grandes posibilidades democratizantes que la media móvil nos provee.

2 comments:

  1. Es excelente... la vimos una noche durante la huelga y nos conmovió a todas y a todos.

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