Monday, April 5, 2010

El silencio sobre Cuba: liberales e izquierdistas duermen el sueño de los (in)justos

"cada voz que se desata de la censura y los abusos de poder, de las violaciones constantes que vivimos los que no somos libres -al menos no como individuos sociales- cada puntico intermitente en el ciberespacio, es como una estrella destellante, multicolor" - Lia Villares
(cubana y residente del inxilio)


Desde la muerte de Orlando Zapata Tamayo, mucho se ha comenzado a escribir en la blogósfera y en las redes sociales sobre los derechos humanos en Cuba. (Véase la sección sobre Cuba del blog Quantum de la Cuneta del compañero Eric Álvarez para algunos buenos artículos). Sin embargo, si transitas la blogósfera de progresistas-liberales (1) e izquierdistas (2) de Puerto Rico podrás ver un persistente y problemático patrón: el silencio sobre lo que ocurre en Cuba. En algunos blogs leerás artículos sobre biopoder, democracia, derecho, solidaridad y justicia social, entre tantos otros temas, pero en ninguno hay mención alguna de las huelgas de hambre, la disidencia, la represión y la muerte (reciente) en Cuba. ¿A qué se debe este sueño de los (in)justos? ¿Tiene la crítica del progresivismo y del izquierdismo en Puerto Rico algún límite?


Quisiera sugerir algunas interpretaciones o lecturas, si me permites, de este silencio. Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y cualquier otro gobierno de "izquierda" (en todo su espectro de diversidad) constituyen el límite de lo criticable; entre la intelectualidad puertorriqueña perduran rastros de la bipolaridad maníquea de la Guerra Fría - aquella eterna lucha entre ellos y nosotros. Por consiguiente, nuestro debate ha sufrido, quizás, por temor a que nos identifiquen con ellos y no con el "justo" mundo de nosotros.


Esto me lleva a pensar en uno de los eternos vellones de mi abuela: "¿quiénes son ellos y quiénes somos nosotros?" Me aventuro a pensar que nosotros somos ellos y ellos nosotros, que entre ambos las fronteras se desdibujan y los caminos se entrecruzan, se enredan.


Ahora que el biopoder determina quién hace vivir y deja morir en Cuba, ¿dónde está la crítica y el llamado a solidaridad entre los liberales y la izquierda en Puerto Rico? Criticar junto a otros con los que usualmente diferimos puede crear ansiedad, pero ésto no significa que nuestras críticas u opiniones son idénticas sino que compartimos en un caso en particular un punto en común, una comunalidad. 


Un buen ejemplo de lo que digo es la carta que Carlos Alberto Montaner publicó recientemente y en la que le responde a Silvio Rodríguez una pregunta que éste le había dirigido: "Si los miles de cubanos que perdimos familia en atentados de la CIA hiciéramos una carta denuncia ¿la firmaría Carlos Alberto Montaner?" Montaner contesta en la afirmativa y le propone al cantautor que firme una carta denunciando el atropello de los presos políticos cubanos y el acoso de las Damas de Blanco (3). En algún otro momento de mi vida me hubiera rehusado admitirlo, pero ya no: Montaner y yo coincidimos en la crítica del trato a los prisioneros políticos en Cuba. La comunalidad que existe momentáneamente entre nosotros no significa que compartimos espacios ideológicos o que pensamos igual sobre cualquier otra cosa, sino que en este punto específico puedo identificar una comunalidad.


Invito, entonces, a que con la misma energía y ahínco con el que reclamamos justicia, dignidad y respeto en nuestro país, nos solidaricemos con aquellos que luchan por similares derechos en otros países. Propongo, como bien dijo John Lennon en "Imagine", que imaginemos que no hay países sino humanos como nosotros con injusticias, inquietudes, sueños y esperanzas similares - aunque no idénticos - a los nuestros. ¿Despertarán los liberales y los izquierdistas del sueño de los (in)justos o su silencio seguirá siendo cómplice mudo? Yo he roto el mío.


Imagen: Orrin. "Self censorship" (2007). Flickr.


Notas:


1) El progresivismo-liberal en Puerto Rico ha estado influenciado por múltiples corrientes ideológicas e intelectuales: desde la lucha por derechos constitucionales y civiles de la ACLU (American Civil Liberties Union) y los movimientos de justicia social del Foro Social Mundial con sus puentes en el "Tercer Mundo" hasta los movimientos ambientalistas de los últimos decenios del siglo XX, por mencionar algunas.


2) La izquierda, igualmente influenciada por estas corrientes, también ha contado con una larga tradición institucional cuya genealogía se podría trazar al nacimiento del movimiento laboral moderno en Puerto Rico en el siglo XIX y sus subsiguientes vertientes leninistas, estalinistas, trotzkistas, etc. (La lista es muy extensa para seguirla). La espina dorsal de la izquierda, como cualquier buen marxista te diría, es el proletariado - por extensión: las mujeres, los niños y los envejecientes.


3) Silvio Rodríguez le respondió la carta a Carlos Alberto Montaner, lea su respuesta aquí.

3 comments:

  1. Creo que aveces es difícil criticar a Cuba y a otras estructuras políticas análogas por el simple hecho de que queremos creer en el ideal mas de lo que queremos admitir que la realidad es mas complicada y es necesario criticarla.
    Mas aun, me parece que existe un fanatismo tan fuerte en ambos lados que los espacios para una critica mesurada son pocos. Pero ciertamente eso no es excusa para excusar (perdonando la triple redundancia) lo inexcusable.

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  2. Recomiendo la lectura del artículo del ensayista cubano Antonio José Ponte, que está reproducido en el blog Los archivos del Mandril.

    Aquí el enlace:http://archivosdelmandril.blogspot.com/2010/03/cuba-fin-de-la-violencia-sin-testigos.html

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  3. Tanto el capital como el estado son enemigos de la gente. El problema no son los que ejercen el poder, el problema está en la misma esencia de ese poder. Los autoritarios pretenden hacerse de la vista larga. Y es que la “dictadura del proletariado” no es más que la dictadura de unos cuantos tecnócratas que hablan por el proletariado.

    También la derecha cubana ha contribuido a que en Puerto Rico, tanto los independentistas hasta marxista, sientan repudio por los enemigos del régimen de Castro. Porque en sí, no son vistos como defensores de los derechos humanos, sino como defensores de sus propios intereses. Además de ser vistos como aliados y amantes de la “democracia” de la “nación Americana”.

    Es una cuestión sumamente politizada que realmente lo sorprendente seria, que alguien con cierta claridad tuviese el valor de acusar las injusticias vengan de donde vengan.

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