Monday, January 3, 2011

Universidad sin paredes

Discusión sobre la universidad "comunista" conducida por el profesor Bernat Tort. Teresa Canino Rivera. Primera Hora. 3 de enero de 2011.
[Nota de enredo: Este breve mensaje se redactó para ser leído como apertura de la jornada "Universidad sin paredes" que estará generando situaciones social-universitarias en múltiples espacios. La primera instancia de esta jornada sucedió en la sección de la "Terraza" en el Centro Comercial Plaza las Américas de la ciudad capital de Puerto Rico. En esta nota colgaré fotografías que representen cada una de las actividades que realicemos.]

Buenos días. La universidad está afuera: en la Terraza, en la calle, en sus casas, en todos lados. La universidad somos nosotros, tú, yo, usted -señor que camina y señora que almuerza-. Es el espíritu democrático del debate, del respeto a la diferencia, del amor por el conocimiento. No es un edificio o un salón de la clases. La universidad que traemos aquí y hacemos con todas y todos ustedes es una sin paredes; es una en la que el conocimiento transita sin policías ni áreas de registro y cateo. Una universidad sin paredes no requiere de carnés de identificación o de cuotas que excluyen. Vengan y participen que la universidad va a comenzar ahora.






Discusión sobre nación, nacionalidad e identidad conducida por el profesor Hiram Guadalupe. Carlos Giusti. El Nuevo Día. 3 de enero de 2011.
Discusión sobre poesía y literatura puertorriqueña conducida por la profesora Alina Luz Santiago. Universidad sin paredes, San Patricio Plaza. 5 de enero de 2011. Imagen tomada por Verónica Muñiz-Soto.

Discusión sobre la barbarie y la civilización conducida por la profesora Mabel Rodríguez Centeno. Universidad sin paredes, San Patricio Plaza. 5 de enero de 2011. Imagen tomada por Verónica Muñiz-Soto.

Discusión sobre pedagogía crítica conducida por el profesor Juan Carlos Rivera (1)Universidad sin paredes, San Patricio Plaza. 5 de enero de 2011. Imagen tomada por Verónica Muñiz-Soto.


Discusión sobre pedagogía crítica conducida por el profesor Juan Carlos Rivera (2)Universidad sin paredes, San Patricio Plaza. 5 de enero de 2011. Imagen tomada por Verónica Muñiz-Soto.
Discusión sobre la universidad en/por el Derecho conducida por la profesora Érika Fontánez-Torres. Universidad sin paredes, Tribunal Supremo de Puerto Rico. 14 de enero de 2011. Imagen tomada por Diego R. Meléndez Apellániz.
Discusión de El maestro ignorante de Jacques Ranciére conducida por la profesora Teresa Peña Jordán. Universidad sin paredes, Tribunal Supremo de Puerto Rico. 14 de enero de 2011. Imagen tomada por Iván Chaar-López.


La siguiente serie de fotografías fueron tomadas por Diego R. Meléndez Apellániz durante la reciente situación social-universitaria en el Tribunal Supremo de Puerto Rico.
 

Reportaje por Efrén Arroyo para Wapa TV sobre la Universidad sin paredes:

5 comments:

  1. Estimado Iván;

    Si es cierto que la universidad no requiere de salones de clases ni de distinciones entre el señor que come en la Terraza y el profesor universitario, entonces, ¿por qué hay huelga? ¿Para qué marchar en defensa de la institución misma, eso que llamamos la UPI? ¿Si una producción de conocimiento es igual a otra, ¿por qué luchar por una universidad pública? Comprendo que algunos estudiantes y profesores sientan un deseo genuino y profundo de crear una otra experiencia de conocimiento, otro sentido de lo universitario. Sin embargo, me preocupa que el gesto pueda ser interpretado en otra clave: no es necesaria la universidad, porque lo que se hace en la calle, en los restaurares de comida rápida...es pueblo y lo que quiere el pueblo es eso. Soy consciente de que la universidad, con su historia y significación, sufre transformaciones--ya lo ha hecho en otros siglos-- y que inclusive, pueda estar en franca decadencia como espacio de producción de saberes. Lo que me perturba de las actividades en centros comerciales es uno de sus posibles mensajes: se puede igualar todo forma de conversación o pensamiento, por lo tanto, la universidad es un lugar del que se puede prescindir. En eso, francamente, hay una pulsión de muerte que yo no comparto. Inadvertidamente ofrecen ustedes una coartada a los que quieren cerrar la universidad, achicarla, convertirla en una universidad Ana G. Méndez, etc. Espero equivocarme y que alguno de los bienpensantes como tú, Iván, me puedan ofrecer otra perspectiva.

    Atentamente, Mari Quiñones, profesora UPI y pensadora todos los días

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  2. Saludos, Mari,

    gracias por sus comentarios y señalamientos. Entiendo su preocupación de interpretar la "Universidad sin paredes" tras el lente de que la universidad es innecesaria, pero creo que nuestro mensaje es muy específico en cuanto a lo que proponemos.

    En ningún momento dijimos o he argumentado por que la universidad "es pueblo y lo que quiere el pueblo es eso". Ni siquiera hemos utilizado el término pueblo puesto que eso trae consigo todo un bagaje discursivo que se remonta a la propuesta política hobbesiana en la que los derechos naturales se le ceden al soberano para que nos gobierne.

    La universidad ciertamente es un espacio privilegiado de pensamiento y de producción de conocimiento. Gracias a instituciones como la universidad, es que logramos recopilar y "archivar" para consulta/crítica posterior los saberes que hoy se producen o al menos algunos saberes. No obstante, debemos ser críticos con ese espacio privilegiado que ocupamos y defendemos en función de las múltiples relaciones de poder que hoy se tejen en la sociedad. ¿Qué es una universidad que no reta al poder que la crea?

    La defensa de otros saberes que se producen fuera del recinto enrejado de la universidad no conlleva necesariamente la destrucción o privatización de la universidad pública. Ese reconocimiento crítico del Otro nos conduce a dejar de ver(nos) como bárbaros y civilizados. Consideraría otra pregunta, ¿por qué no podemos considerar el saber de un pescador en diálogo con el saber de un oceanógrafo? ¿Qué hace el saber de uno superior al del Otro? ¿Quién fijó y aplanó esa relación de poder?

    A través de la Universidad sin paredes buscamos generar, esta es mi apreciación personal, un intercambio fuera del aula enclaustrada. Esto no significaría el colapso de la universidad pública sino su re-interpretación desde otras coordenadas.

    Eso no significa que carezcamos de riesgos o limitaciones. En San Patricio, por ejemplo, hubo mayor aprehensión en la ciudadanía para integrarse al intercambio. A diferencia de los ciudadanos en Plaza las Américas, los comensales del centro comercial de Guaynabo prefirieron mantenerse a los márgenes de los "cursos". Esto merece reflexión y crítica. ¿Estamos operando aún en unos registros exclusivos? ¿Somos l@s universitari@s "l@s bárbar@s" para el resto de la sociedad "civilizada"? ¿Cómo romper o transformar esa relación vertical de poder que conduce a la exclusión y la marginación?

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  3. Gracias Iván, por tu reflexión. Solo una aclaración: mi uso de la frase “lo que quiere el pueblo” se da en el contexto de las habladurías y no en su acepción hobbesiana.

    Creo que hay mil maneras de retar las relaciones de poder. Para mi el ejercicio del pensar no se reduce a una competencia de saberes, pues, eso siempre está en juego en las relaciones humanas, tanto como en las negociaciones de poder. Me interesa más el tejido invisible--piquico, cultural, político-- que condiciona nuestras existencias. Es evidente que mis estudiantes están mejor preparados que yo para vivir el mundo contemporáneo. A mi lo que me interesa es que piensen ese mundo--sus mundos-- como si fueran extranjeros, o mejor, como etnólogos de una cultura que no es la propia. A ese lugar solo se llega provocando cierta conmoción, algo así como un trauma. Es traumático enfrentarse a las consecuencias del propio pensar... de nuestra pequeña verdad. Eso no se logra colocando a los buenos de un lado y a los malos de otro. Tampoco suponiendo que los marginados son siempre inocentes y los intelectuales unos elitistas.

    A mi me gustaría pensar que la persona que camina por una calle, tanto como la que transita una autopista en su auto último modelo y la que compra en Plaza Las Américas, es capaz de poner en palabras esa misma relación. Hay lugares en el globo donde las personas lo hacen, gente sin títulos que no viven en el llamado primer mundo, se ponen en juego en sus palabras y les fascina el saber por el saber mismo. En cambio, en Puerto Rico, prevalece un achatamiento de las experiencias y una trivialización de los saberes, que es exasperante.

    Como antropóloga, celebro algunas estrategias de los sujetos contemporáneos, pero, tomo distancia de otras. En estos días donde nuestras violencias nos acercan a la barbarie, sería importante y necesario ponderar ese estado de perturbación ominosa que vivimos.

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  4. Saludos, Mari,

    Al fin y al cabo "pensarnos como extranjeros" es un juego performativo que me parece ya es parte de nuestra condición: la angustia de no pertenecer. Ese trauma al que usted apunta es parte del estado de las cosas y para ello es fundamental crear una situación que genere una ruptura con lo "normal".

    Para romper, precisamente, con "ese achatamiento" de los saberes es que proponemos la Universidad sin paredes como espacio de contingencias y debates.

    No hay certeza de mi parte, salvo en mi compromiso inquebrantable en participar-generar espacios de debate y cuestionamiento; en propiciar espacios de democracia (como proceso).

    Gracias, nuevamente, por sus consideraciones y miradas. Multitud enre(ada) está abierto a si quisiera publicar algún artículo, columna o ensayo sobre el tema que guste.

    Seguimos. Salud.

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  5. Hola Iván:

    Hay extranjeros y extranjeros. Una cosa es la extrañeza de la que habla Virno y que nos aqueja a todos. En cambio, otra es la que mata a los que mueren en la travesía, la que asfixia a los que no dejamos pasar, la que condena a los que abandonamos en el desierto o en los campos de refugiados. ¿Cuán performativo puede ser esa vivencia? A veces pienso que vivimos demasiado absortos en esta isla como para ponderar nuestros privilegios, que son muchos. Y eso, que soy de las que pienso que el país se nos viene encima.

    Desde nuestras particulares convicciones pensamos y queremos salirnos de la normalidad aplastante, la de hoy, la de todos los tiempos. Me parece que lo importante, lo que nos queda, es la honestidad. Por eso, nunca debemos creernos completamente nuestra pequeña verdad...ni la de los otros, por muy impulsados que estemos a aferrarnos a un ideario.

    Gracias a ti por el enredo. Saludos y mis deseos de un año lleno de éxitos para tí.

    Profa. Mari Quiñones

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