Sunday, August 21, 2011

¿Embrutecimiento por Internet?: la era del digi-sapiens

I. El pánico y sus límites

Corra. Apresúrese y desconéctese de Internet pues si se mantiene en la red podría embrutecer. “Expertos”, “líderes de opinión” y “científicos” aseguran que seremos más brutos a causa de Internet. Así que, limite las horas contacto y deshágase de sus cuentas digitales hasta “recuperar” su inteligencia en los márgenes limítrofes de la vida análoga.

Puede que el primer párrafo le parezca una idea absurda, pero es lo que sucedería si llevamos hasta sus últimas consecuencias la premisa de que Internet nos embrutece. Después de todo, ¿para qué utilizar una herramienta o elaborar un sistema si nos hará brutos?

Portada de The Atlantic (July/August 2008).
El debate sobre si Internet nos hace más brutos llegó a una nueva dimensión pública con el ensayo “Is Google Making Us Stupid?” (2008) de Nicholas Carr y su controvertible libro The Shallows: What the Internet Is Doing to Our Brains (2010). El argumento principal que nos presenta Carr en su ensayo publicado en la revista The Atlantic es que las continuas distracciones que aparecen en Internet (anuncios, hipervínculos, pop-ups, e-mail, contenido RSS, etc) y la facilidad de las búsquedas en línea nos están haciendo estúpidos. Incluso, ya se están comenzando a realizar experimentos que sustentan que Internet, metabuscadores como Google y bases de datos como IMDB afectan nuestra capacidad para recordar información aunque potencian nuestras capacidades para saber cómo encontrar lo olvidado. (John Bohannon hace una excelente explicación de los experimentos aquí).

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Pero, si bien se están documentando cambios en la articulación de nuestra memoria, ¿podemos decir que atestiguamos la pérdida de inteligencia? ¿Podríamos aseverar, como bien lo hizo Mario Vargas Llosa en una reciente columna para El País, que “cuanto más inteligente sea nuestro ordenador, más tontos seremos”?

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3 comments:

  1. No sé a que conclusión llegas, si alguna, pero la idea de que las prácticas culturales, como por ejemplo el trabajo, el uso de herramientas, el lenguaje, etc afectan la conciencia ( o como le llamamos hoy los procesos cognoscitivos) tiene una larga historia. Ya Platón lo había planteado, en contra de la escritura ( que para él sería resposanble de la destrucción de la memoria), y luego desde Hegel a Marx y la psicología o neurociencia que deriva de ello. Principalmente desde los 1920-30 Lev S. Vygotsky genera una psicología marxista para estudiar la conciencia, con él otros como Alexander Luria han seguido este camino. Este último, Luria, lo lleva hasta las neurociencia (haciendo entre otras cosas las primeras baterias de prueba) siendo así uno de los padres de la neurociencia contemporanea. En fin, hay tela para cortar. Como siempre gracias por tus palabras. Esperaré con ansias el artículo.

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  2. Soy consciente de que la tecnología o las herramientas afectan nuestra conciencia, la manera en que nuestros cerebros operan y las conexiones internas que se alteran. Pero, de ahí a decir que nos embrutecemos es un largo trecho y un salto lógico de grandes proporciones.

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  3. Claro. No me malentiendas. No me interesa darle un tono ni teleológico, ni valorativo, sino dar cuenta de las transformaciones a nivel psicológico y neuronal. Plantear que nos embrutecen es asumir una noción de inteligencia vacía y desdeñar las complejidades que introducen las nuevas formas culturales (cualesquieran que sean).

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