Saturday, December 8, 2012

De(s)conexiones


No hay sorpresa o no debiera haberla. En Puerto Rico, hemos experimentado con movilizaciones digitales por años y cada una con sus diferencias y elementos comunes. Desde los shows de “la escena” autogestionados en Pulso Rock a finales de los 1990s y principios del 2000 hasta las huelgas de la iupi (UPR) de 2010-11, ya hay un “cúmulo” de experiencias en cuanto a comunicación, organización y movilización desde Internet. Del consumo a la articulación de movimientos sociales, Internet enmarca cómo respondemos e intervenimos en nuestra materialidad. Es mucho más que una mera herramienta –algo que una vez propuse sin matizar y de lo que hoy me distancio–, pues es un lugar de agenciamiento para sus usuarias así como territorio que informa cómo sus usuarias se identifican y son identificadas.

1.0 - Linearidad funcional

Asimismo, los debates polarizados entre luditas y tecnoutópicos pierden de perspectiva que los nuevos medios son igualmente espacios de posibilidad como de control. Aquellas lecturas que pretenden forzar y resaltar una sola arista de la red no hacen más que producir el reductivismo que aísla y desconecta variables. En un universo en el que sólo existen dos vértices (A y B), estas articulaciones atienden un solo punto en relación a otro y pierden de perspectiva una diversidad de operaciones, subjetividades y posibilidades. Mas, ¿es la realidad un plano de coordenadas fijas con una línea cuyo inicio y final son claramente distinguibles?

Todavía retumban en los circuitos de las redes sociales las críticas al agenciamiento desde y por medio de Internet. Con la cacofonía de sus teclas y las fotos de sus perfiles guiñando a los usuarios que transitan sus entornos, los avatares del pesimismo olvidan, al parecer, que aquello que condenan es lo que potencia sus perspectivas. Las críticas a determinadas prácticas discursivas, como el mal llamado “ciberactivismo”, son intermediadas en aquellos espacios que pretenden reducir a la nimiedad no-vital. Cada esfuerzo por soterrar el espacio virtual como enajenado o enajenador produce, paradójicamente, una nueva centralidad –no me refiero a una supremacía en valor sino a una confirmación de importancia– de las operaciones inmateriales en Internet.

2.0 - Geometría variable de lo (ciber)social

Una red social como Facebook es una apertura a diagramaciones en el plano “existencial”. No es sólo un lugar en el que nos comunicamos con amistades y familiares. Es, por ejemplo, tanto espacio de resistencias anticapitalistas como de perpetuación del consumo. Con esto último aludo a la máquina de control que somete a la usuaria a un proceso de dividuación – lo fragmenta en pedazos manejables y “modulables” de data. Este rompimiento de la usuaria en bits (como género, raza, nacionalidad, localización, generación, clase) reinserta cada subjetividad en los flujos de consumo y relaciones públicas. Facebook intenta, pues, anticipar los deseos y nuevos estados de ser de sus usuarias al utilizar los datos para realizar targeted marketing. Mas, esto es una sola vertiente en una expansiva red de procesos y agencias que suceden en Internet, en las redes sociales y más allá de ellas. De esta manera, las fronteras entre ser offline y online se difuminan.

Oprimir “Me gusta” o “Like” no se queda meramente en los circuitos cerrados de la red social. Si algo el Boicot a La Comay ha visibilizado, es que aquellas cuatro letras (“Like”) pueden resultar en transformaciones dislocadas. Lo que sucede en la red excita respuestas en el plano de los cuerpos – ya sea en librerías y calles, o chinchorros y jaldas. Si bien darle “Like” al grupo de “Boicot a La Comay” ocurre en la inmaterialidad de la red, la presión que agita a los cuerpos de los administradores de Wapa TV y del programa televisivo tiene su lugar en el campo epidérmico. 

Cuando extirpamos a la tecnología de su materialidad, eliminamos las líneas de fuga en el interrumpido devenir del ser. Con esto me refiero al incompleto proceso de cambios y movimientos que constituyen a objetos o sujetos. La porosidad de la frontera –material e inmaterial, física y virtual, conectada y desconectada– propicia el flujo en distintas intensidades.

Discusiones en torno al boicot desatienden las maneras en que los algoritmos y los protocolos operan creando conexiones vitales para la usuaria sin mediar su intervención. En el caso de Facebook, su algoritmo delimita lo que podemos ver o no y en el orden en el que aparece en nuestro “newsfeed”, basándose en una producción de valorizaciones de datos. Éste registra con quiénes hemos interactuado, cuántas veces y nuestra actual localización de acuerdo a nuestra dirección IP, entre otros datos, para producir una red de relaciones.

Por ejemplo, la manera en que una está en línea se suscita sobre una serie de procesos a los cuales la usuaria no tiene “acceso”. Bueno, bien podría tenerlo si pudiera escribir/leer código. Sin embargo, el algoritmo es diseñado para que funcione de manera automática con contadas intervenciones de la usuaria, quien es empujada a un lado. Para que el algoritmo opere es necesario que, inicialmente, se programe y de ahí comienza a funcionar de forma autónoma. De esta manera, lo social en Internet no es sólo conexión y agencia humana, sino la intervención ciber-mecanizada. Lo social es un cíborg y nosotros somos una pieza en el engranaje de la máquina que nos mueve y excita.

Internet es un rizoma, una red distribuida sin centro, que modula y se modula. (Galloway, Protocol) Tanto modifica a sus usuarias como es modificada por ellas. Fijarnos en un trazo sobre un plano sin dar espacio a la multiplicidad de planos y de líneas de fuga que sobre éstos se desplazan, es aniquilar aquellas instancias potenciales de transformación en las relaciones de poder.

La multitud es una subjetividad –esas singularidades que no colapsan en un “uno” que las subsume– que reconoce, configura y es configurada por Internet. (Virno, Grammar of the Multitude; Guattari, "On the Production of Subjectivity") En otras palabras, hay que prestarle atención a la subjetividad con su multiplicidad y a los entornos de producción (material e inmaterial). Una no puede pensarse sin la otra. El fenómeno, más bien los fenómenos son mucho más complejos que una supuesta separación de los planos físicos y virtuales puesto que nuestras experiencias vitales –las de "carne y hueso"– se encuentran intermediadas con mayor fuerza por los nuevos medios. La vida se observa a través de una pantalla y eso informa cómo entendemos, procesamos, organizamos y experimentamos las cosas en nuestra (ciber)piel. La pregunta entonces, para mí, no es porqué sino cómo.

En fin, Dios es una langosta y yo tengo hambre. :(:)
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Obras citadas

Deleuze, Gilles y Félix Guattari. "Introduction: Rhizome". En A Thousand Plateaus: Capitalism and Schizophrenia, trad. Brian Massumi, 3-25. 1987. Reimpreso, Minneapolis: University of Minnesota Press, 2007.

Galloway, Alexander. Protocol: How Control Operates after Decentralization. Cambridge: MIT Press, 2004.

Guattari, Félix. "On the Production of Subjectivity". En Chaosmosis: An Ethico-Aesthetic Paradigm, trad. Paul Bains and Julian Pefanis, 1-32. Bloomington: Indiana University Press, 1995.

Virno, Paolo. Grammar of the Multitude, trad. Isabella Bertoletti, James Cascaito y Andrea Casson. Los Angeles: Semiotext(e), 2004.

2 comments:

  1. Gracias, Iván por esta entrada y por compartir con nosotros tu análisis. De este fenómeno a mi me interesa la potenciación o limitación de los encuentros (y los encuentros sobre todo para potenciar una nueva forma de mirar 'lo político'), que cómo bien dices, no se circunscriben al encuentro de carne y hueso sino que éstos y su contraparte están ya mediados y son inseparables. Solo dejo un comentario y es que mi experiencia ha sido que a través de FB se han ampliado mis encuentros no solo con aquellos que ya conozco (lo que Vera le llama 'mi República Facebukera') sino también, de manera insospechada e incontrolable -sin la posibilidad de trazar una línea causal- con nombres de personas que probablemente jamás encontraría en nuestro limitado tránsito por el país. Y eso es importante. Por ejemplo, entrar a ver los comentarios de la gente en páginas como las de Jay Fonseca, la del Boicot a la COmay o Radio Huelga, me ha permitido leer perspectivas que no tendría ni siquiera en mi red de amigos de FB, mucho menos en la vida del plano material. Puedo, si quiero, interactuar con ellos y ellas, es mi decisión, pero podría, cosa que en la vida común, tal cual diseñada, no me es facilitado. Y eso, para bien o para mal, adquiere materialidad. Ni hablar de la falta de linderos geográficos. Pero ese encuentro se me hace cada vez más interesante. Antes pensaba que eso estaba limitado por mi grupo de 'amigos en fb', lo que todavía juega un gran papel, pero si una quisiera y se lo propusiera, como hay páginas públicas, no tendría que ser así. Hay much potencial por explorar todavía. Gracias por esta entrada que tendré que leer varias veces porque hay todavía asuntos que no capto bien... un abrazo.

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    1. Érika, gracias por tus comentarios. Lo que traes es uno de esos planos "existenciales" a los que me refiero: la posibilidad de conectar(nos) con una variedad de sectores sociales o localizaciones geográficas que en el mundo de la "carne" se mantienen distante (voluntaria o involuntariamente). Mas, estas posibilidades de conexión también vienen envueltas en desconexión ante la presencia de "ruidos" (lenguajes no compartidos, bagajes culturales disimilares, etc.). A lo que aspiro aludir en mi pieza es a la fuerza del "like" tanto como expresión virtual como material y a la complejidad de Internet como ensamblaje de planos - esto último ha estado bastante ausente de nuestras interpretaciones de eventos digitales en Puerto Rico. Un abrazo

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